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Paul Pope está considerado justamente como uno de los grandes maestros del cómic contemporáneo. Esta semana el autor estadounidense estuvo en Barcelona, pero no por tener novedad alguna sino por vacaciones, aunque para un dibujante como él no conoce el descanso porque lo acompaña a todas partes un cuaderno de dibujo. En un encuentro con este diario, Pope explicó que en la capital catalana ha estado acabando la segunda entrega de su aclamado héroe Battling Boy. «Quería buscar inspiración, encontrarme con algunos amigos míos artistas que viven en España y, sobre todo, ver nuevo arte para alimentarme e inspirarme. Por ejemplo, pasé por Bilbao para ver la exposición de Francis Bacon. El estilo para Battling Boy es muy específico y hasta ahora me había alimentado de Moebius o Jack Kirby. Ahora estoy preparado para beber de otras fuentes», aseguró.

Pope, además de crear universos propios, ha sabido moverse a la perfección en mundos de tinta ajenos como los de Batman o, incluso, «Star Wars». A ello se le suma que su trabajo resalta en un momento en el que los superhéroes se han convertido en un recurso con el que llenar las multisalas de medio mundo. ¿Está viviendo el mundo una época dorada? El dibujante apunta que «puede ser una época dorada en términos económicos, pero no me da la sensación que lo sea en cuanto a creatividad e innovación. Lo que haga el cine me importa más bien poco, aunque hace que el género sea cada vez más popular».

Cuando se le pregunta si volvería a trabajar con personajes que no son propios y si sentió libre con ellos, Paul Pope afirma que se sintió como «un compositor de jazz. Si tomas una composición clásica, la puedes interpretar de diferentes maneras, es decir, siempre y cuando mantengas la estructura y el nucleo de la pieza siendo reconocible, puedes introducirle distintos cambios. Con Batman es un poco lo mismo: hay elementos que definen el personaje y mientras mantengas claro el objetivo concreto, a partir de ahí puedes ir más allá e incluir otros elementos».

En el portafolios de Paul Pope hay páginas ya acabadas de su nuevo Battling Boy, un personaje que parte de algunas vivencias de su infancia. «Cuando era niño viví con mis abuelos quienes estaban muy ocupados. Así que después de la escuela mi hermana y yo pasábamos mucho tiempo solos, lejos de nuestros padres. A mi sobrino le pasó algo parecido. En este sentido, Battling Boy está basado en mi sobrino y en todos esos chavales que se identifican con cierta idea de soledad y hacer las cosas bien sin saber cómo al no tener un referente», dijo el autor de esta serie que no busca dirigirse a un público de una edad concreta. Por eso, cuando se le pregunta si Battling Boy es un cuento para adultos que quieren ser niños o para niños que quieren ser adultos, aclara que «todos hemos sido niños y aún guardamos una parte de lo que fuimos».

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