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A Jorge Iván Argiz (1974), avilesino nacido en Monforte, se le podría considerar perfectamente como un hombre del Renacimiento. Un amante de la cultura en todas sus vertientes de expresión, pero por encima de todo, de aquella que se ha convenido en llamar popular, desde el cómic al cine, pasando por la literatura, de la fantasía a la ciencia ficción. Y sobre todo, con una férrea vocación para la divulgación, hacerla accesible a todos. «Esto nos lo tomamos como un servicio público», confirma. De su trabajo e imaginación han salido propuestas que sitúan Avilés como referencias nacionales: en julio, el festival Celsius, y a partir de pasado mañana, dirige la XXII edición de las Jornadas del Cómic, que convierten a la ciudad, durante casi una semana, en la capital nacional del noveno arte. Autores nacionales e internacionales, editoriales y aficionados así lo reconocen año tras año.

-¿Cómo recuerda los comienzos de las jornadas?

-Recuerdo cuando el atentado en las Torres Gemelas, el 11S. Estábamos comiendo con autores americanos, viéndolo por la tele, parecía una película. Y uno nos decía, 'pues en esa torre trabaja mi hijo'. Es una manera complicada de empezar, con los aeropuertos cortados, los americanos viendo morir a su gente... Adversidades. A partir de eso, ¿qué más puede pasar?

-Consiguen que una ciudad pequeña sea la capital nacional del cómic.

-Todo depende de la voluntad. Que haya un grupo de personas que queramos hacerlo, que la Administración quiera apoyarlo, y contar con una idea clara que conecte con la gente a la que va destinada. Todo esto nos lo tomamos como un servicio público, y cobra sentido cuando llega al receptor. Siempre nos hemos sentido apoyados y la gente lo ha acogido bien.

-¿Por qué se decidieron a lanzar el festival?

-Hace un poco más de esos 22 años hacíamos un programa de radio en Radio Activa, que se llamaba 'Dentro de la viñeta', y también teníamos un fanzine del mismo nombre. Recuerdo conversaciones de entonces, «qué bien si hubiera en Avilés un algo relacionado con el cómic...». Pero, ¿quién le ponía el cascabel al gato? «¿Por qué no lo hacemos nosotros?», nos preguntamos. Y Andrea Parissi, Ángel de la Calle, que estaba en la Semana Negra, y yo, hicimos un proyecto, lo presentamos al Ayuntamiento, y el resto ya es historia. Nunca he llevado bien que digan aquello de «no se puede». Al menos no sin intentarlo.

-¿Se basaron en algún ejemplo?

-En aquella época había pocos modelos. Sí teníamos claro cómo queríamos que fuera y cómo no. El modelo lo fuimos creando nosotros. No queríamos las típicas charlas, y sí una cercanía entre el público y los autores, que fuese una convivencia. Parámetros que no encontrábamos en otros sitios, y mostrarlos aquí como un camino real.

-¿Costó?

-Si lo pienso ahora, supongo que fue difícil. Tuvimos mucha suerte. Vino Larry Hama, que repetirá este año, y eso facilitó mucho trabajo, porque nos dio prestigio. Hay que tener en cuenta que nosotros vendíamos una idea, un proyecto, a gente importante, y hubo una sucesión de casualidades afortunadas, como que no fallara nadie de los invitados. Y al final, ellos son nuestros principales embajadores.

-¿Cómo consiguieron entonces convencer a los autores a venir?

-Con ingenio. Internet no era como ahora. Contábamos con el servicio telefónico de información internacional. No eran máquinas, sino personas, a las que tratábamos de convencer para que nos dieran un teléfono, de un apellido, en una ciudad concreta... Casi como en 'CSI'. Teníamos el contacto con algunos autores, pero con otros... Recuerdo con George Pérez, sabíamos que vivía en un pueblo de Florida, y fuimos llamando a los Pérez de allí; a la cuarta o quinta llamada, lo conseguimos.

-¿Hay algunos autores que les haya costado conseguir estos años?

-A J. M. De Matteis lo invitamos por primera vez en el 97, y lo intentamos después todos los años, y al final vino. A John Romita jr también llevamos invitándolo desde aquellas fechas. Es uno de los autores más interesantes de superhéroes. Y él nos dice que hasta que no venga a Avilés, no va a ir a otros sitios. Es cuestión de tiempo.

-¿Cuáles son las premisas para organizar las Jornadas?

-Los tres organizadores, Germán Menéndez, Ángel de la Calle y yo, somos muy diferentes, y abiertos a todo lo que cae en nuestras manos. El cómic, su riqueza... Hacemos un acercamiento lo más amplio y global posible, no solo geográficamente, también en los argumentos, el público, desde infantil a adulto; la temática, obras que nos parecen interesantes.

-¿Y a usted qué tipo de cómic le gusta más?

-Soy raro, leo de todo. He tenido una evolución lógica, de lo que se lee de críos, superhéroes, manga, a más de adulto, novela gráfica... Puedo disfrutar de una novela gráfica sobre el conflicto de Siria tanto como de la 'Patrulla X', manga de terror...

-¿Ha cambiado mucho el cómic en estas dos décadas?

-Ha crecido en diversidad. Hay cómic accesible para todos lo públicos y gustos. Ahora está reconocido como un medio de expresión. Nosotros siempre procuramos ir un paso por delante de las tendencias, y este año no es una excepción.

-¿Es el mejor momento del cómic?

-Si eres lector, no ha habido un momento con tanta riqueza y variedad, artística y narrativa en la historia. Los autores españoles son de los mejor valorados. Corto Maltés lo están haciendo dos españoles; Batman, Lobezno. En los premios Eisner, que son como los Oscar, cada vez hay más nomidados y ganadores españoles. Y nuestra industria, si bien mejora, aún no puede sostenerlo.

-¿Los formatos digitales son competencia?

-En España se publican muchas cosas y muy diferentes, por fortuna. Para mí el formato ideal es el papel, pero procuro no caer en ese estilo dinosaurio. Lo importante es que se lea, en el formato que sea.

-¿Cómo está el cómic en Asturias?

-Para lo pequeño que es, hay muchos eventos que lo incluyen: nosotros, Celsius, la Semana Negra, Metrópoli... Desde el punto de vista creativo, hay autores muy interesantes. Creo que estamos un poco peor organizados en movimiento de base, en fanzines, asociaciones de autores jóvenes, en comparación con Galicia o el País Vasco.

-Las Jornadas son parte de Avilés.

-Notamos que en Avilés hay un interés creciente, y el que no es aficionado, tiene una familiaridad con las Jornadas. Pensamos que se puede hacer todavía más. Y para la gente de fuera, Avilés es la ciudad del cómic. Es divertida esa etiqueta. Pero es la ciudad del cómic y muchas cosas más. Nos sirve de identificativo.

-Aparte de los invitados, ¿cuáles son las principales novedades?

-Vamos a intentar ganar las mañanas para un modelo de encuentro con el autor diferente. Otra novedad es que hemos puesto mucho el ojo en los guionistas. El cómic es un medio visual, pero se cuenta una historia. Los autores que últimamente más mueven a los aficionados son los guionistas. Y vamos a analizar ese fenómeno. Otra cosa que no habíamos hecho es que ahora las editoriales contratan a estrellas de Youtube para conectar con los jóvenes, y vamos a tener dos chicas que participan de este fenómeno, Lolita Aldea, para El Rubius, y Henar Torinos, para 8cho. Lo analizaremos sin prejuicios.

-Muchos autores ya tienen reservada esta semana en su agenda.

-Al principio nos lo tomábamos con sorpresa, y es un orgullo. Es por la propia dinámica de cercanía del festival, que permite que pasen cosas que en otros sitios no, la convivencia... Aquí se han formado equipos creativos entre gente que no se conocía. Les preguntan, y dicen, «estábamos en Avilés». Eso es marca de ciudad también. Por un lado, los que ya han venido hacen presión para volver, pero como se suele decir, hay que mover banquillo. Otros me dicen que un colega les comentó para venir a Avilés... Aparte de la lista oficial, tenemos autores voluntarios, que enriquecen el evento, vienen por sus medios y es un lujazo.

-¿Como están en lo económico?

-No tenemos el presupuesto de los mejores años, pero nos hemos recuperado gracias al Ayuntamiento y Asturiana de Zinc, y nos sentimos muy apoyados por ellos. Su aportación es fundamental. Teníamos claro que la cultura hay que pagarla, pero su acceso tiene que ser gratuito. Y aquí puede ser así por el dinero que aportan ambas instituciones.

-¿Habrá festival en otros espacios?

-Me gusta hacer ciudad. Hemos hecho exposiciones en el CMAE, en Valdecarzana, en la Escuela de Arte... Se han ido moviendo. ¿Alguna vez en el Niemeyer? Todo es posible.

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