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El Museo del Prado vuelve a mostrar su interés por el cómic con la publicación de «Idilio», la novela gráfica de Javier Montesol inspirada en el trabajo que Mariano Fortuny hizo sobre Tánger. Esta presentación sirve como adelanto de la exposición sobre el célebre pintor que prepara la institución: «Mariano Fortuny (1838-1874)», que se abrirá al público el próximo 21 de noviembre en la salas de exposiciones del edificio Jerónimos.

«Este cómic ya forma parte de una colección. Es una forma de dar a conocer los productos que vamos generando» ha expresado José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Prado, acerca de este trabajo encargado a Montesol.

«Idilio» propone el relato del viaje «iniciático» de un joven que viaja a Tánger en 1974 para buscar sentido, inspiración y creatividad. «El guión de este libro fue un destello. Tenía grabados los cuadros "Idilio" y "El anacoreta" y vi claro que tenía que abordar un viaje sobre momentos de partida y llegadas de la vida», ha comentado el autor. «En noviembre de 1974, en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, por primera vez quedé deslumbrado por una panorámica precinematográfica de Fortuny que representaba una de las batallas de Prim en Marruecos. La historia que cuento la sitúo cronológicamente a continuación de aquella visita», ha continuado.

Según ha contado el historietista, su cómic aborda la vivencia de un joven que se «enfrenta al mundo», ese momento en el que «te vas alimentando de lo bueno y lo malo». «Desde el principio tuve claro que tenía que ser un viaje tanto de enamoramiento de la vida como de fin de existencia. Al hablar de ese enamoramiento me centré en la adolescencia, cuando sales del huevo y empiezas a vivir y también cuando se produce un momento apasionado de la creación en el que uno es un juez feroz con sus intereses artísticos», ha señalado. «Eché mano de recuerdos de juventud», ha matizado Montesol, quien espera que su trabajo proporcione al lector el «placer de una lectura de tarde de domingo».

A la hora de encarar el proyecto Montesol mezcló las experiencias de Fortuny con las suyas propias y otros referentes culturales. Así, están presentes en el cómic la «Oda a la inmortalidad» de Williams Wordsworth, con el que arranca la obra, la música de David Bowie y ecos literarios de la Beat Generation.

En cuanto a la parte artística, el autor de otras obras como «Speak low» (2012) ha realizado unas viñetas de huyen de la línea clara con la que se dio a conocer en las décadas de los 70 y 80. Como si de Fortuny se tratara, nos propone acuarelas de grueso trazo indefinido que nos trasladan directamente a los trabajos del pintor que ha dado lugar a la obra.

En palabras de Matilla, los únicos requisitos que puso a Montesol fueron que Fortuny no fuera el protagonista, sino el «punto de partida» para reflexionar sobre la «creación artística», algo que se ha materializado en la reinterpretación de obras como . «El ahogado» o «La batalla de Tetuán».

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