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Cuando la serie “The Punisher” de Marvel debutó en Netflix fue recibida con gran interés y expectativa, pero llegó como una de muchas adaptaciones de libros de historietas.

El aluvión ahora comprende unos 28 programas en nueve canales de señal abierta o cable y servicios de streaming, y el final no está a la vista.

De entrada no todos los programas basados en comics son creados igual. Los zombies de “The Walking Dead” de AMC son muy diferentes de las aventuras adolescentes de Archie Andrews en “Riverdale” de CW (Warner Channel) o del gracioso superhéroe de Amazon “The Tick”.

Pero la mayoría existe dentro de dos enormes marcas, algo parecido a Pepsi y Coca-Cola. Una es DC, que (con la llegada de “Black Lightning” en CW) será representada por nueve programas en tres canales. La otra es Marvel, que tiene 13 programas en seis canales, mayormente en Netflix, que posee media docena.

Eso equivale a más ropa de spandex de lo que se vería en una clase de aeróbics. Pero antes de concluir que los superhéroes se han apropiado de la pantalla chica, vale la pena destacar algunas cosas. Primero, la televisión siempre ha seguido tendencias. Programas de policías, programas de doctores. Hace mucho tiempo, en el otoño de 1959, más de 20 programas de westerns estaban al aire en tan solo tres canales. Eso empequeñecería la corriente actual de comics a tan solo una fracción ante las 500 series originales con guión que se transmitieron en 2017.

“Las series de televisión basadas en comics siempre han sido un pilar de la televisión”, dijo Paul Levinson, profesor de comunicación y estudios de medios en la Universidad de Fordham. “Ahora parece que están por todas partes, pero es porque la televisión está por todas partes”.

Aun así, no se puede negar que ha habido un incremento de programas basados en comics en los últimos años. Basta ver CW, donde, sin “Smallville” tras una década al aire, no hubo programas de superhéroes en su programación de otoño de 2011, pero tras un aumento anual llegará a siete esta temporada.

En el camino, las películas relacionadas con los libros de historietas se proliferaron y en octubre de 2010 “The Walking Dead” dejó en claro desde su explosivo estreno que los cómics pueden ser todo un éxito en la televisión.

Para entonces los gráficos generados por computadora requeridos por cualquier superhéroe se habían vuelto más sofisticados y suficientemente asequibles para las producciones semanales de televisión. Y los programas basados en comics se convirtieron en el escaparate perfecto para esos impresionantes efectos especiales que no podían aprovecharse en series policiales de drama o series de comedia.

Mientras tanto, el lanzamiento de más y más canales, especialmente plataformas de streaming con su capacidad ilimitada de consumo, creaban una necesidad cada vez más grande de crear contenido.

“Ante este extraordinario apetito por material original, las décadas de cómics ofrecían un material que estaba esperando ser usado”, dijo Robert Thompson, director del Centro de Televisión y Cultura Popular de la Universidad de Syracuse.

Aún mejor: tienen un formato perfecto para llevarlos a la televisión. “Un libro de historietas es como un guión gráfico: un diálogo visual en cuadros”, dijo Thompson. “¡Es tan perfectamente transferible! Los cómics le hacen la vida muy fácil a un ejecutivo de desarrollo de contenidos de un canal”.

Pero nada de esto explica la sed insaciable con la que el público recibe estos programas. “Todo esto, hasta cierto punto, es escapismo”, explica el experto Brett Rogers, profesor en la Universidad de Puget Sound. “Si estoy viendo ‘Jessica Jones’ por una hora, no estoy lidiando con algo real en mi vida. Pero la otra cara de la moneda es que los programas inspirados en comics pueden ser espacios para plantear algunas preguntas serias: ‘Jessica Jones’ es una oportunidad para explorar la violencia sexual y el estrés postraumático”. “La industria de los cómics tuvo que luchar contra el estigma de ser solo para niños e idiotas”, agregó Rogers.

Pero al surgir “niños e idiotas” talentosos como Joss Whedon y Kevin Smith, que llevaron el espíritu de los cómics a medios como la televisión, los libros de historietas adquirieron mayor peso, respeto y urgencia. “Ahora se ha normalizado como un mito de la cultura masiva”, dijo Rogers. “Es un mito común compartido entre los lectores y los espectadores, entre adolescentes y adultos, los aficionados a los cómics y al cine por igual, no solo la cultura de los chicos”.

Este tipo de programas, como los comics que los engendraron, pueden ofrecer una claridad moral en un mundo cada vez más confuso. “Es mucho más fácil identificar a héroes y villanos, a los buenos contra malos, que en otros programas de televisión”, dijo Levinson. “Y por mucho, los personajes buenos y los héroes resisten y triunfan sobre la adversidad”.

“Esos personajes fueron creados como historias moralistas. Tienen un atractivo primitivo, un atractivo sencillo”, dijo Glen Weldon, panelista del podcast “Pop Culture Happy Hour” y autor de “Superman: The Unauthorized Biography”. “Representan nuestra mejor versión. Se supone que debemos verlos y desear ser como ellos”, agregó.

Y gracias al internet, el aprecio por esos héroes de los cómics, ya sea en los libros o la pantalla, puede disfrutarse como una experiencia colectiva. “En el pasado, si crecías siendo un nerd, pensabas que estabas solo”, dijo Weldon. “Ahora puedes ir a internet y encontrar a gente como tú que comparte tu pasión”.

¿Cuánto podrá durar esta fiebre? Por más de medio siglo, las tendencias en la televisión han explotado y después se han extinguido y dadas por muertas. (¿Cuántos westerns se transmiten actualmente?).

Pero la televisión inspirada en los cómics podría no seguir ese ciclo. “Podría menguar como la marea”, dijo Thompson, “pero no creo que haya motivos para creer que este género se extinguirá como otros lo han hecho o que los espectadores se cansarán, pues es un género muy versátil”.

Versátil y con capacidad para crecer, agregó, a diferencia de otros que ya podrían haber llegado a su pico. Mientras que el género policial podría haberse estancado a nivel creativo, “el género de los cómics sigue madurando”, aseguró.

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